LA PLUMA POR LA ESPADA
Por Mario Alberto Macías Palma
Antes que todo, a modo de aclaración, sé que esta frase es propia de un movimiento y una expresión específica de manifestación feminista. En ningún sentido trato de apropiar algo ajeno a mi condición de hombre.
También, una mujer la más cercana y critica de mi persona, mi hija, me advirtió que en vez de opinar y/o escribir sobre feminismo, lo que debo hacer, y también cada hombre, es deconstruir la idiosincrasia machista hasta convertirse en un traidor al patriarcado.
Pero lo que he observado en la cobertura periodística de las marchas alusivas al Día Internacional de la Mujer, los días 8 de marzo, en Tlaxcala y, a través de los medios informativos, en México y el mundo, es relativo a lo que quiero exponer.
En Tlaxcala, en el 8M de 2021 presencié como sólo medio centenar de mujeres se reunieron frente al Palacio de Gobierno, hicieron un circulo con veladoras, algunas mantas y gritando consignas feministas y fueron casi ignoradas por la sociedad y los medios, un acto reducido en tiempo, concurrencia y repercusión.
Pero un año después, en 2022, pasados los dos años de la pandemia, tal vez por los efectos de aquella incertidumbre o porque ya gobernaba una mujer, o porque al fin hicieron eco las movilizaciones en otras latitudes en las tlaxcaltecas, se nutrió la marcha del 8M con miles de mujeres.
De verdad que de un año a otro, ¡pasó de decenas a miles!.
Bienvenida esa concientización, sólo que chocó contra el muro de la represión institucional, incomprensión mediática y descalificación social, luego de que un segmento de mujeres con actitud radical pintó paredes, rompieron vidrios de la sede gubernamental e incendiaron templetes que la gobernadora mandó colocar para que “se expresaran pacíficamente”.
Sin embargo, el hecho de que también mandara a forrar, cual útiles escolares, con plásticos la fachada del palacio de gobierno para protegerlo, encendió la indignación de las mujeres y sacó a flote el hartazgo por la injusticia de género.
Parece que nadie advirtió la consigna que reza: “el gobierno cuida más sus monumentos que a las mujeres”.
No sólo quienes se manifiestan con actitudes bélicas, sino las que se animaron por primera vez a protestar contra el patriarcado, lo tomaron como provocación, se desbordaron los ánimos y terminó en represión policiaca contra muchas, muchas de ellas.
Por consiguiente, al llegar el 8M 2023, otra vez con asesoría estúpida y mediante operación maquiavélica, el Estado enfrentó una vez más la manifestación con la cooptación de algunos contingentes y represión a las rebeldes, hasta la tanqueta antidisturbios “estrenó” la policía.
El año siguiente igual, el descontento con la reacción del gobierno estatal cada 8M, la injusticia social, la continua violencia de género, el abuso en todas sus formas contra las mujeres tan solo por el hecho de serlo, volvió a convocar a miles de mujeres que con diferentes expresiones, y cierto, algunas adustas, aún y con contingentes infiltrados por el oficialismo y por autoras intelectuales, estuvieron mejor organizadas, fue una marcha diversa y multitudinaria.
Unas voces dicen pintas o grafitis, ellas dicen iconoclasia o simbolismo, otros dicen vandalismo y destrozos, ellas dicen combate a la ineptitud y/o complicidad de las autoridades, las y los más dicen que se desvirtúan las demandas y se pierden los objetivos, ellas dicen que hay que mostrar coraje y reaccionan ante la injusticia.
¿Qué ha hecho que el 8M no pase desapercibido para nadie como hace unos pocos años?
¿Qué ha hecho que ya no se diga “celebrar” el día internacional de la mujer, sino “conmemorar”?
¿Qué ha convocado a que miles y miles de mujeres salgan a manifestarse de diversas maneras, que haya mayor conciencia de las condiciones que enfrentan dentro y fuera de su hogar, a cada paso, en cada lugar…?
Pues esa lucha radical, creo.
Muchas son las formas de protesta y mal que bien hay cierta libertad de manifestación, pero entre mujeres difieren, pues hay doctoras, maestras, funcionarias, ingenieras, científicas, empleadas, estudiantas, obreras, artistas, activistas, alcaldesas, gobernadoras y una presidenta de la República que prefieran “conmemorar” o hasta “celebrar” el día internacional de las mujeres, se respeta, pero también hay GUERRERAS.
Esas mujeres que prefieren gritarlo, enfrentar, pelear, combatir, batallar, desafiar, las fuertes, las rudas, las avezadas, curtidas, las indignadas, las atrevidas.
También hay mujeres guerreras, algunas están del otro lado como soldadas otras como policías, y otras de este lado, del que no pueden esperar concesiones del patriarcado, las que arrebatan para que otras no tengan que pedir, las que no quieren más mujeres sacrificadas por la cultura machista, ni aquí y ni en ningún lado, en todo el mundo.
Por eso, sin que sea esto una arenga a la sedición… pues que ¡Rompan Todo!
Esgrima…
Este texto salió del desván de la redacción tras años de ver lo que pasaba en otros estados y países, cuyos gobiernos déspotas, como en Rusia, no dejan ni intentarlo, en otros peor, como los teocráticos, donde ni siquiera por la religión sino por los cleros como el Islam, es impensable el derecho menos la libertad de las mujeres.
Hoy, por lo presenciado en Tlaxcala, salió a la luz, pero de ninguna manera es pretencioso, solo expresivo de una manera periodística.
Estoque…
Por las mujeres que amo, consanguíneas o no, por ellas este vano intento de redención.
Las opiniones escritas por columnistas son independientes y no reflejan necesariamente la postura editorial de Entre Líneas Tlaxcala.
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