Por Carlos Augusto Pérez
A pesar de los vendavales políticos y económicos en que está inmersa la geopolítica internacional, a propios y extraños no deja de sorprender la solidez de la economía mexicana, respaldada por indicadores positivos, como las reservas históricas en Banxico, una tasa de empleo estable y una baja en la informalidad.
Además, existen 2 mil proyectos de inversión en marcha, que representan 217 mil millones de dólares y forman parte del plan de inversión hasta 2030.
Según datos del INEGI correspondientes a diciembre de 2024, se destaca que México es el país con menor desempleo en el mundo, con una tasa de desocupación del 2.4%.
Existen otros indicadores que demuestran la fortaleza de la economía mexicana, entre ellos: el “Récord histórico de reservas internacionales del Banco de México”, la “Disminución de la inflación” y las “Cifras récord de empleo al cierre de 2024”.
Es motivo de orgullo para mexicanos y mexicanas que nuestra economía siga el camino de la recuperación, después de la larga, fría y oscura noche neoliberal, que solo dejó como saldo pobreza, marginación y desigualdad.