Por Isael Pérez Olivier
Hasta el momento no hay poder humano que logre que la administración estatal transparente la compra y el destino de 8 camionetas de lujo blindadas, cuyo costo, según estimaciones comerciales, fue superior a los 60 MILLONES DE PESOS y que se pagaron con nuestros impuestos. Sí, hablo de esos mismos impuestos que serán más caros el próximo año, y no por un incremento, sino irónicamente por un AJUSTE al alza del costo de derechos y servicios para robustecer el presupuesto 2025, que le solicitó la Gobernadora a sus Diputados locales y que estos gustosamente le autorizaron para que saque el dinero de nuestros bolsillos.
Las versiones extraoficiales sobre esas 8 Suburban tope de gama y de alto nivel de blindaje, apuntan, a que fueron destinadas al servicio secreto de la Gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros; de su esposo, Salvador Ballesteros; de sus dos hijas, Mariana y María Fernanda Espinosa de los Monteros Cuéllar; de la Fiscal General de Justicia del Estado Ernestina Carro Roldán; del Secretario General de Gobierno Luis Antonio Ramírez Hernández, y hasta para un constructor poblano de apellido Nava. Sin que nadie tenga informes sobre el paradero de una octava unidad que se encuentra desaparecida y que forma parte de la flotilla adquirida hace apenas algunos meses.
Pero lo más incómodo del asunto para ese grupo de privilegiados no ha sido utilizar las carísimas camionetas que ni Obama tiene, sino aclarar, cuándo se licitó públicamente la compra, con qué partida presupuestal se pagó y cómo se justifica la adquisición de las blindadas, cuando en el discurso oficial, Tlaxcala es la entidad con la más baja incidencia delictiva en el país y sin la presencia del crimen organizado, lo que hace de esa compra, algo sin sentido.
Desde que salieron a relucir a la luz pública los camionetones, Lorena Cuéllar no ha querido transparentar esa información, el Secretario de Gobierno se encabrona cada vez que los reporteros le preguntan sobre el tema y ahora hasta el Secretario de Seguridad Ciudadana Alberto Martín Perea Marrufo, rehúye los cuestionamientos en ese mismo sentido. Ajá, nadie se quiere pronunciar al respecto porque saben que, literal, con esa compra se hicieron fuera de la bacinica.
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