Por Isael Pérez Olivier
Septiembre fue un mes lleno de revelaciones. Y no solo por la detención del señor “PaletaZ”, amigo personal de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, del alcalde de Tlaxcala “Poncho El Chico” y de su esposa, la exdiputada Marcela de Sánchez García; ni por los múltiples homicidios y feminicidios, levantones de personas, balaceras, robos con violencia a casa habitación, a negocios y a transportistas; además, de atentados contra alcaldes, linchamientos, secuestros y ejecuciones por ajustes de cuentas entre bandas rivales, sino porque por fin, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, colocaron a Tlaxcala en el mapa criminal de México con la presencia de tres grupos rivales de la delincuencia organizada que operan en la entidad y que se disputan el control de las actividades ilícitas a sangre y fuego.
Sí. Ni más ni menos: damas, caballeros y personas de los géneros no binarios, son tres las células de los grandes cárteles que se disputan la plaza, sin oposición o intervención de un gobierno cómplice que adoptó el papel de simple espectador ante los hechos violentos con los que avanzan los grupos criminales por todo el territorio tlaxcalteca.
Y mientras esos grupos de la delincuencia organizada siguen avanzando a pasos agigantados, sembrando el pánico entre la población, la estrategia institucional de Lorena Cuéllar es la misma: desde Palacio de Gobierno y ahora desde la propia 23 Zona Militar a cargo del General Martín Jaramillo Barrios, se niega todo lo que tenga que ver con la delincuencia organizada y su presencia en el estado, lo que por supuesto, quedó desmentido por las tres Secretarías del gobierno federal encargadas del combate a los grupos criminales y evidenció el cinismo de la mandataria estatal y del comandante de la Zona Militar que se sumó para replicar la misma cantaleta.
Para la mandataria estatal, el desprestigio registrado por la inseguridad que azota a la entidad, ya le pasó factura, pues de acuerdo con la encuesta publicada por la empresa Massive Caller, Lorena Cuéllar Cisneros se ubica entre los diez peores gobernadores del país, posicionando a Tlaxcala en el lugar número 24 de las 32 entidades federativas por su alta incidencia delictiva. Ese es el resultado que arrojó el estudio demoscópico realizado de enero a marzo del 2024; habrá que ver cómo sale en los meses de abril, mayo y junio, porque julio, agosto y septiembre, por las masacres registradas, para mí que los tiene prácticamente reprobados. Salvo su mejor opinión, como siempre.
Ahora bien, si Usted, piensa lo mismo que yo, que en Tlaxcala por el momento no hay nada que celebrar, porque la delincuencia se apodera de las calles, mientras los ciudadanos nos replegamos a nuestros hogares en busca de la seguridad que el gobierno del estado no nos puede o no nos quiere brindar, pues déjeme decirle que eso a la Gobernadora no le quitó el sueño ni las ganas de festejar, de forma tardía, el tercer aniversario de su glorioso triunfo electoral, que tuvo verificativo en la Plaza de Toros de Apizaco, ante la presencia, según las cifras oficiales, de más de 10 mil almas que vitorearon al unísono a la mandataria estatal.
No me crea, pero me aseguran los que asistieron voluntariamente ahuevo que, a lo lejos, sobre el templete y disfrazada de morenista, se dejó ver la mandataria sin ningún remordimiento y con poca seguridad, pues dicen los mal pensados, que ya pactó con el diablo para que, por lo menos a ella y a su distinguida familia, no les llueva plomo. ¿Será?…
¡Se tenía que decir y se dijo!
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