LA PLUMA POR LA ESPADA
Por: Mario Alberto Macías Palma
Sí o sí se consolida el Poder del Estado en torno a los amigos y se aplica todo su peso sobre los enemigos.
Quienes detentan el Poder político en Tlaxcala lo usan de la manera más tradicional, bajo la premisa de que “el Poder no se comparte”, una actitud anquilosada y antidemocrática para nuestros tiempos, sin embargo efectiva.
Además se dejó la lección clara: no se permitirá contradecir y menos confrontar a quienes detentan el control de los hilos de Poder: el dinero, la policía, la ley.
Con el dinero se controlan los Poderes legislativo y judicial, a los órganos autónomos, a los ayuntamientos, y se autoregula el Ejecutivo.
Con la Ley, bien manipulada e incluso “torciéndola”, se controla a los miembros de todas las instituciones públicas, privadas y ciudadanas. Esto se deriva del anterior planteamiento, “la lana”.
Con la fuerza pública, o sea con las distintas policías, se controla a todo, la estructura sociopolítica lo permite sin importar si se abusa. Siempre hay una jerarquía mayor entre corporaciones para quien ose rebelarse.
La base es la ambigüedad legal y sus lagunas, por ahí se puede todo, solo hay que ordenarlo a quienes procuran y a quienes imparten justicia.
Así lo vimos venir, y prevenimos aquí en este espacio periodístico y otros en sus medios, en los círculos políticos lo reconocían bajo anonimato, y la ciudadanía interesada hacía eco de la información extraoficial.
Si o sí, el Congreso del Estado había de consolidar el nombramiento de Ernestina Carro Roldán como Fiscal de justicia. Mucho se habló de que era una farsa el proceso de evaluación-selección del Poder legislativo porque la línea de mando desde el Ejecutivo favoreció desde el principio a la Procuradora.
Lo dicho la nueva Fiscalía General de Justicia del Estado y la titular serían los mismo, solo cambiaron de nombre. Los diputados consolidaron a una “fiscarnala”.
Antes pasó algo similar; se indicó quien debía encabezar la vigilancia sobre los recursos públicos, y se eligió como titular del Órgano de Fiscalización Superior a Arturo Lucio Salas Miguela.
Había que vengarse de algunos alcaldes y exalcaldes: primero Eymard Grande por la traición a la actual gobernadora en el 2016, y se hizo.
Luego sobre el respondón de Zacatelco, Hildeberto Pérez, quien se atrevió a retar al secretario de gobierno, a la sazón el todopoderoso de palacio de gobierno; con la Ley y la fuerza pública se le sacó de la contienda electoral y se le “metió al bote”.
Lo mismo para el alcalde reelecionista de Huamantla, le quisieron vincular con un delito delicadísimo, pero al no poder probar su involucramiento, “se les fue liso” con el triunfo en la elección, les ganó a Poder estatal y a su candidato, más no en el Tribunal Electoral, donde la instrucción era bajarlo… y lo bajaron.
Salvador Santos se atrevió a evidenciar con un audio, o difamar, nunca se aclaró, la componenda entre el secretario de gobierno y la diputada líderesa de la LXV legislatura local para sacarlo de la contienda electoral, éste se atrevió a ganarles y ahora le quitan el triunfo con el Poder del cochupo y el control de la institución, más que de la Ley.
Desde es mismo lugar, el TET, garantizó la asunción de la diputada reelecionista plurinominal, Marcela González Castillo, íntima de la gobernadora y amiga del supersecretario, por lo que no podría quedar fuera de la esfera del Poder.
Sí o sí era Marcela diputada local por tres años más. Si habría que sacrificar a una de la suyas (de Morena) se haría. Así dejaron fuera a Bertha Mastranzo, a quien seguramente veremos recompensada por el Poder Ejecutivo, mismo que respondió con la venia para hacer el enroque por cualquiera que sea el mérito de Marce.
Se visualizó, así como venía se advirtió cuáles eran sus objetivos e intereses. Así pasó, así se dio, así resultó, pura “bola cantada”, así de simple es como se manejan los miembros del exclusivo circulo de Poder.
A conveniencia grupal, económica y hasta por rencilla personal, se deja caer todo el peso de la ley sobre unos, y Poder del Estado con gracia para otros.
Esgrima…
Boicot sarapero
Engendrado desde el propio seno de la presidencia municipal, hay un nimio intento de boicot a la realización de la Feria Nacional del Sarape Chiautempan 2024, pero la gente, diría el presidente AMLO, el pueblo bueno y sabio no sabe de rencillas políticas o financieras.
El vástago, primer junior municipal, Juan Carlitos tuvo la osadía de pedir moche al patronato de feria, solo 600 “kilos” pedía por no hacer nada, claro, sólo ser un hijo de… alcalde.
Se los negaron ¡por supuesto! el presupuesto para la feria debía alcanzar para hacer más de lo que él mismo hizo los dos años anteriores, o por lo menos mejor. Pues el angelito se dio a la tarea de amenazar a comerciantes para que no ocuparán stands en el recinto ferial, inclusive son gratuitos para los artesanos.
No conforme, lloró ante papi para que el presidente municipal se ausentara de los actos formales de inauguración y demás en esta feria sarapera, que le “duele la muela” argumento con el que justifica su desprecio por la feria, pero los chiautempences y visitantes hacen la fiesta, abarrotan muchos de los eventos y juegos mecánicos, con ganacias que le duelen al JR.
ESTOQUE…
Se dijo alguna vez en esta columna, allá por el 2016, tras la victoria de Marco Mena como gobernador sobre Lorena Cuellar, emparentados por hermano y hermana respectivamente, que en la política como en el amor, hay reconciliaciones.
En el caso fraternal, a la primera fiesta familiar, navidad, onomásticos, bautizos, etc. Todo se perdona. Mientras que en política a la primer licitación, concesión o cargo gubernamental se olvidan los agravios.
Pues de ese encontronazo, entonces los hermanos Mena Rodríguez priistas y Lorena perredista, y ahora todos morenistas, ya solo queda la sombra y el recuerdo por los medios, pues el cuñado Fabricio está por “aceptarle” a su cuñada la gobernadora una secretaría, la de Turismo.
¿Será?
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