Concluye el Taller de Oratoria Política en Tlaxcala, de los mejores en México

El Diputado Rubén Terán Águila y el maestro Carlos Aquino López recibieron un reconocimiento y la presea por su destacada trayectoria en el ámbito legislativo y el decidido apoyo al fomento de la oratoria en México, respectivamente, por parte de la Fundación Reforma Ideológica A.C.

Redacción 

El Diputado Local, Rubén Terán Águila, integrante de la LXIV Legislatura, clausuró el Taller de Oratoria Política, el cual fue organizado por la Fundación Cultural José Muñoz Cota Ibañez A.C., y la Fundación Reforma Ideológica A.C., que se desarrolló en el Patio Vitral del Congreso del Estado de Tlaxcala. 

En su mensaje, el legislador señaló que este tipo de eventos busca despertar la inquietud, los sueños y generar la transformación para bien de la nación, que se fortalezca el Estado y que sean las mujeres y los hombres correctos los que ocupen los lugares públicos; porque son esos lugares donde se direccionan los intereses del Estado. 

“Es necesario forjar líderes, no solamente que hablen bien sino que hablen con verdad y a favor de México, a favor del pueblo y a favor de la patria; es lo trascendente de los talleres de oratoria. Por ello, no existen, porque a muchos les conviene que el pueblo no hable, porque son tartamudos de conciencia quienes precisamente nos ponen ese yugo, esa limitante y esa barrera”, expresó. 

Durante la ceremonia de clausura, el congresista Rubén Terán y el presidente de la Fundación Cultural José Muñoz Cota Ibañez A.C., el maestro Carlos Francisco Aquino López, recibieron un reconocimiento y la presea de la Fundación Reforma Ideológica A.C, liderada por Gustavo Butrón Lara, por su destacada trayectoria en el ámbito legislativo, el decidido apoyo a la cultura y el fomento de la oratoria en México. 

Este fin de semana se llevó a cabo el último taller, donde las y los participantes disertaron diversos temas, desde la lucha sindical, el aborto, la vida de Benito Juárez hasta la participación política de las juventudes. 

En su intervención, el presidente de la Fundación Cultural José Muñoz Cota Ibañez A.C., el maestro Carlos Francisco Aquino López, expresó que durante julio y agosto se vivieron tardes magníficas de intercambio de palabras, pues como se dijo al inicio y a manera de los griegos, se aprende hablando, al hablar, y en esencia del fundador de esta organización, es en tribuna. Y un claro ejemplo de ello, es el diputado tlaxcalteca. 

“La oratoria es el termómetro de la libertad, no podría ser de otra manera, nosotros le cantamos a la patria, los oradores hablamos por el pueblo, los que nos dedicamos a este magnífico arte, no somos sino voceros, heraldos de una nueva forma de ser y hacer en un país”, puntualizó. 

Mientras que el presidente de la Fundación Reforma Ideológica A.C., Gustavo Butrón Lara, manifestó que la oratoria es una disciplina y el primer dominado es el que habla para después dominar al público. 

“Hay muchas luchas y habemos pocos oradores, el tiempo ha cambiado, ha llegado nuestro tiempo, hay que hablar y tomar la tribuna”, reflexionó ante las y los participantes a quiénes escuchó con atención durante sus participaciones. 

Es de comentar, que para las fundaciones culturales participantes junto con el legislador, es en Tlaxcala donde nace sin duda alguna el debate desde la trinchera de la defensa de una raza ante la llegada agresiva y violenta de la conquista de los españoles. 
 
Y como la historia lo ha mencionado, es en el senado tlaxcalteca de los cuatro señoríos donde emerge majestuosa la nueva argumentación de lo que sería el debate, la política de los siglos posteriores, por ello, la razón de los talleres de oratoria impartidos en el Congreso del Estado. 

“Y así aspiramos que Tlaxcala sea precisamente la Atenas de México, la patria chica que le dé luz a esta nación que tiene mucho por escribir todavía y espero que mientras tengamos ese vigor, ese idealismo sigamos dando discursos y fijando posicionamientos. Hasta como bien lo decía el maestro Zúñiga, hasta que la muerte selle para siempre el impaciente temblor de mis labios, y solo queden arrodillados y contritos las sombras de mis arengas, los fantasmas de mis disertaciones y los espectros de mis discursos”, concluyó Rubén Terán.

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