Editorial
Ángelo
Gutiérrez Hernández, presidente municipal de Apetatitlán, intentará seguir en
el poder a través de su segunda esposa, la presidenta del PAN y próxima
diputada local plurinominal, Miriam Martínez Sánchez.
Aunque
el alcalde panista haya logrado no ser vinculado a proceso por presunto uso
ilícito de atribuciones y facultades, es decir, por corrupción, terminará su
administración sin ningún problema, a pesar de dejar un daño patrimonial de 11
millones 509 mil 524 pesos.
Sin
embargo, Gutiérrez Hernández está empeñado en señalar públicamente que Apetatitlán
fue primer lugar a nivel nacional en transparencia ante la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (SHCP) y en el Instituto de Acceso a la Información
Pública y Protección de Datos Personales de Tlaxcala (IAIP).
Además,
en reiteradas entrevistas para la prensa local, Ángelo Gutiérrez, aseguró que
la cuenta reprobada de 2022 fue por un tema “partidista” y que habría recibido
“varias advertencias de algunos actores políticos” para alinearse al gobierno
del estado.
El
alcalde mostró su rebeldía contra el Gobierno de Lorena Cuéllar, lo que generó
que, en eventos públicos celebrados en el municipio, se mostraba la incomodidad
de la gobernadora al compartir el momento con el alcalde.
Dicho
lo anterior, la mala conducta pudo haber sido la causa de que PAN perdiera uno
de sus bastiones: Apetatitlán.
Lo
cierto es que el presidente deberá dar una explicación a los ciudadanos por el
supuesto desvío de recursos generados durante su mandato; no obstante, se prevé
que detrás de la única diputada plurinominal del PAN, cubra sus corruptelas y
opere contra la próxima administración municipal.