Por Isael Pérez Olivier
El próximo domingo 2 de junio, Usted y yo, tenemos una cita programada con la historia. Ese día todo estará dispuesto para que los ciudadanos ejerzamos nuestro verdadero poder a través del voto personal, libre, directo y secreto.
Hagamos de este ejercicio una fiesta democrática con nuestra participación y decidamos el rumbo que queremos para el país y para el Estado, pero con civilidad y respeto.
Ojalá y de entre la gama de posibilidades que se nos presenta en esta elección, ganen los políticos y administradores más aptos para conducir nuestros destinos, sin importar colores o marcas.
Es decir, si después de un riguroso análisis personal y luego de un contraste, a Usted le convence la propuesta de seguir pagando en 10 pesos el litro de gasolina; si le conviene más el precio del Gas Bienestar; si se siente seguro en las calles o en su propia casa con la estrategia de “Abrazos, No Balazos”; si la atención médica que recibe en hospitales del sector salud es mejor que la de Dinamarca; si su sueldo le rinde para atender las necesidades básicas del hogar cada mes, o si ya no quiere ser propietario y se quiere convertir en un simple concesionario de su propia casa y de sus terrenos; bueno, pues está la opción del segundo piso de la 4T y su voto tiene que ir para Claudia Sheinbaum Pardo, y en caso de que no, bueno, hay otras dos opciones para la Presidencia de México.
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