Al árbitro electoral le quedó grande el reto…


Por Isael Pérez Olivier

¿Cuál certeza, qué legalidad, qué imparcialidad, cuál independencia y qué objetividad hay en las resoluciones del Consejo General del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones?, sí con sus actos, ese órgano técnico electoral cobija al partido de culto y a sus candidatos los privilegia con uno y hasta dos días de ventaja en la contienda Constitucional, claro, su pretexto de su incapacidad operativa para revisar en tiempo y forma los registros de los aspirantes a las alcaldías y a las presidencias de comunidad; un hecho inédito en nuestra frágil democracia, que viola las garantías de los participantes en el proceso, pues con sus absurdas decisiones, no solo alteraron el calendario electoral sino que también  atentaron contra el principio de igualdad en el arranque de las campañas de los aspirantes a los puestos de elección popular al autorizarlo de manera escalonada. Tema que, si no me equivoco, será ampliamente discutido en las instancias jurisdiccionales donde se creará un precedente en materia electoral que lisa y llanamente iría en este sentido: “Ni madres, aquí y en China o todos hijos o todos entenados".

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