Por Isael Pérez Olivier.
A pesar de que se cierne sobre sus hombros la duda de su honorabilidad por la muerte de dos de sus elementos. Sí, dos, porque luego de que el personal médico declarara al Comandante Portillo con MUERTE CEREBRAL, horas después, fue declarado MUERTO legalmente. Pero, lo peor de toda esta desgracia, es que, sin importarle su descredito profesional y su desprestigio personal, el capitán de Navío Infantería de Marina Diplomado del Estado Mayor Alberto Martín Perea Marrufo, se mantiene al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ante la complicidad de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros que con la promesa de 500 pesos de apoyo para pasajes y la entrega de uniformes nuevos para toda la tropa, intenta dar carpetazo al tema. Total, sí ese es el costo que habrá de pagar su gobierno por el linchamiento y la muerte de “dos pinches policías”, pues se cubre y listo. Los que siguen. Que al final de cuentas, el dolor es solo para las familias que perdieron a sus seres queridos por la cobardía de un sujeto que juró cumplir y hacer cumplir las leyes y que sigue devengando con total cinismo el sueldo de Secretario, aún cuando tiene las manos manchadas de sangre.
Ya han transcurrido dos semanas, desde aquel lunes negro, cuando perdieron la vida el taxista y el elemento de la Dirección Jurídica de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y que dejó gravemente herido a otro, que luchó en estos largos días por su existencia en el área de Terapia Intensiva y cuya familia se debatía entre dejarlo conectado a los aparatos que lo mantenían aún con vida artificial, o sí por el contrario, autorizaban su desconexión y le permitían transitar a las manos del Creador para Que Descansara en Paz; mientras, que por parte de las autoridades, es el día y la hora, en que no hay un solo detenido por los hechos, ni por la omisión de los mandos policiacos para rescatar a los suyos, ni de los autores materiales de los crímenes como resultado de la investigación que realiza la recién creada Fiscalía General de Justicia a cargo de la todavía Procuradora Ernestina Carro Roldán.
Ajá, coincido con Usted, ya son dos semanas en las que impera la impunidad, pues Perea Marrufo y sus mandos que son culpables por COMISIÓN por OMISIÓN en el delito del doble HOMICIDIO están siendo protegidos por Lorena Cuéllar Cisneros; en tanto, que los que accionaron en contra de los policías y del ciudadano para privarlos de la vida, están prófugos y muy lejos de ser castigados.
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