Carnicerías, neverías, pollerías, panaderías, purificadoras de agua, estéticas y hasta vendedores de tostadas son azotados por criminales para obtener dividendos a cambio de protección o de preservar su vida.
Información de El Universal
La mañana del martes 9 de enero de 2024, en la cámara de seguridad de la carnicería Amai, en el barrio de Pedro Martín, en Taxco, se ve a una mujer y un hombre en el despachador. Al fondo, en la calle, un hombre da unos pasos y de su chamarra, color verde militar, saca un arma larga.
Sin reducir el ritmo de sus pasos, entra al negocio, el brazo desocupado quita a la mujer. Sin pensarlo le dispara al locatario, los clientes salen corriendo. El locatario cae al piso, el hombre armado verifica que no falló. Y le suelta otra descarga. Sale del local, guarda el arma y se pierde de la visión de la cámara.
El hombre asesinado era el propietario de la carnicería. La razón de su muerte fue la extorsión, cuenta un poblador que por seguridad no da su nombre.
El propietario había recibido la advertencia de la organización criminal que opera desde hace años en la ciudad: tenía que pagar la extorsión o atenerse a las consecuencias. Y las consecuencias vinieron, lo asesinaron porque no pagó la extorsión.
En Taxco, cuenta el poblador, los precios y la distribución de productos de la canasta básica los controlan las organizaciones criminales. La carne es uno.