Por Isael Pérez Olivier
No sé, si se deba a algún efecto de la alineación planetaria o a la reciente tormenta solar, pero los avances del Segundo Informe de Gobierno que nos brindó la ciudadana a lo largo de la semana no corresponden ni al aquí, ni al ahora. Y por supuesto que me rehúso a creer que ella y nosotros habitamos en mundos o dimensiones paralelas y, por lo tanto, no compartimos la misma realidad; pero para evitar confusiones y especulaciones de mí parte, le pregunto: ¿Y Usted En qué Tlaxcala vive?.
En el Tlaxcala en el que prevalecen las cifras alegres, truqueadas y maquilladas para darnos una falsa sensación de seguridad y bienestar, como se anuncia con bombos y platillos de manera fraudulenta y mentirosa, apegándose solo al guion de una narrativa fantasiosa institucional.
O en el otro, en el que el grueso de la población nos despertamos todos los benditos días y en el que la realidad nos sacude por momentos con violencia; en el que la delincuencia nos arrebata la paz y la tranquilidad; en el que hay escasez de medicamentos en hospitales y centros de salud; en el que convulsiona, cada vez y con más vigor, por la desatención de las demandas de campesinos, de estudiantes, de sindicatos, de asociaciones civiles y por diversos conflictos municipales; en el que se registran como nunca las lamentables desapariciones de mujeres, feminicidios y ejecuciones a plena luz del día; en el de las injusticias y en el que impera la corrupción a los más altos niveles; en el que se modifica la Constitución a capricho para imponer la voluntad de una gobernante incapaz de brindar resultados con funcionarios tlaxcaltecas y en el que todas las aberraciones de la administración Cuéllar se minimizan, se niegan o se ocultan.