Por Isael Pérez Olivier.
Sus desatinos ya no tienen límite. Su insensatez provoca todo tipo de conflictos con la complicidad del Congreso del Estado, que con malicia le aprueba cada una de sus propuestas. No sé si pretenda provocar el descarrilamiento de su administración antes de su inminente partida del escenario político local, o solo busca enrarecer el clima electoral para Morena y sus candidatos, pero todo indica que Lorena Cuéllar Cisneros aceleró a fondo para entregar a inversionistas privados provenientes de otros estados, las nuevas obras de movilidad con concesiones hasta por 30 años de vigencia.
Claro, como lo hizo con Radio Altiplano, y como ya lo había pretendido con la propuesta de Ley de Aguas, con la que intentó que los sistemas operadores del servicio doméstico en las comunidades quedaran en manos de la iniciativa privada, propuesta que por cierto, sigue viva en la congeladora legislativa y que con un madruguete como el que se gestó en la Cámara de Diputados local, podría convertirse en Ley, con la misma rapidez con la que se logró la reforma a la Ley de Comunicaciones y Transportes del Estado, que no solo le permitirá a Lorena Cuéllar, consolidar proyectos inviables como el “medio metro” para la capital; sino también otros, como la ampliación de la autopista Puebla-Tlaxcala y la construcción de otras dos carreteras de cuota; el tren interurbano, así como la creación de nuevas rutas para líneas del transporte público de pasaje, y todo esto, a través del otorgamiento de concesiones para su explotación que serían operadas por empresas foráneas; dejando de lado, el problema de moto taxistas en diversos puntos de la zona sur, que por más que han solicitado por diversos medios su incorporación al padrón de unidades del transporte público regulado, no logran despertar el interés del gobierno de la nueva historia. ¿Por qué será?.
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