Desesperación morenista en el aeropuerto

LA PLUMA POR LA ESPADA
POR: Mario Alberto Macías Palma

Los que pueden se van a pasar las navidades al extranjero, unos con su lana otros con la nuestra, o sea con el erario público. 
Los Ángeles City o la costa ibérica del Mediterráneo, guau que envidia de la buena
Así pasó con el ahora famoso Poncho el chico; Alfonso Sánchez García en su desesperación alcanzó a la gobernadora Lorena Cuellar Cisneros en el aeropuerto de la Ciudad de México para tratar de negociar y/o pedir y/o exigir su benigna intervención (en lo que pueda, pues) ante la máxima autoridad de Morena, a fin de que sea él quien reciba la venia para ser candidato al Senado.

Muy desesperado, dicen unos, muy confiado, dicen otros, el aspirante a senador morenista, se hizo acompañar de su señor padre, patrocinador y principal promotor político, Alfonso Sánchez Anaya, Poncho el grande, ambos escoltados por sus respectivas esposas, obviamente la diputada local Marcela González Castillo y Maricarmen Ramírez García, a fin de interceder ante la mandataria.

Se dice que el encuentro tuvo más tintes de persecución que de coincidencia en el aeropuerto, antes de que abordaran sus respectivos aviones a la Unión Americana la gober, y a Europa los Ponchos, pues los “ojos tlaxcalitos que en todas partes están”, vieron que el exgobernador aún trataba da cabildear con Cuellar lo que estuviera en sus manos para apoyar al su vástago hacia el Senado.

Antes de irse de viaje a España Alfonso chico y su esposa, dejaron a su equipo la sensación de despreocupación confiados en que tendrán la candidatura al Senado en primera fórmula por Tlaxcala, y por eso desde el 20 de diciembre fue bueno irse a pasar las navidades la madre patria, ¡ostia! tío.

Otra versión es que una vez perdida la oportunidad de recibir el dedazo de AMLO a la Cámara alta, con resignación se fue al Mediterráneo -qué más da- a consolarse tras la afanosa ante-pre-campaña que tuvo que soportar.

 ¡Imagínense! En vez de ir al GYM y cultivar los rizos, hubo de pueblear y poner la cara a los medios de comunicación. Pobre junior, eso no se le hace, se le levanta a ir de Caddy al golf, por mucho.

En tanto la gobernadora Lorena Cuellar hubo de soportar la persecución hasta el aeropuerto Benito Juárez de CDMX de los Ponchos, cuando en realidad ella solo será escuchada, y eso tal vez, para sugerir candidato al senado. Lo que ella quería era irse ya a Los Ángeles y olvidarse de la grilla unos días.

A todo esto, la duda es. ¿qué dirá el presidente Andrés Manuel López Obrador de estos prominentes morenistas de andar en el otro aeropuerto y no despegar desde el “Felipe Ángeles”? 

¿Será que ese aeropuerto morenista no es para ese nivel de viajeros?.

EL DEUDOR ESTA QUEDANDO EN DEUDA CON TLAXCALA, DEJA A HUAMANTLA EN LLAMAS
Otro municipio que se le enciende al Secretario de Gobierno, Luis Antonio Ramírez Hernández, en menos de dos meses y el señor ni sus luces. Tanto presumió él y su madrina Lorena Cuéllar de su talento, pero no se le ve ni aparece en los momentos cruciales.

Ya Zacatelco se le salió de las manos cuando no pudo contener las protestas con crónica anunciada, mucho menos contener el enfrentamiento entre pueblo y gobierno municipal, ni que esperar de meter al orden a un alcalde con bríos tlaxcaltecas.

Y conste que no estamos recurriendo a su desconocimiento del estado, de los grupos sociales ni políticos por su falta de oriundez y arraigo para el nivel que requiere el principal cargo del gabinete estatal, si no a su falta de capacidad o interés, aún más grave.

Esta semana en Huamantla se dio un accidente entre un autobús y un motociclista donde lamentablemente perdió la vida un muchacho, lo cual encendió naturalmente a la familia y a la población de la comunidad de Ignacio Zaragoza, quien enardecidos exigían por lo menos un pago para resarcir el daño.

Como siempre la Línea de Autobuses ORO, mañosos u abusivos como la mayoría de las empresas del transporte de pasajeros en estos casos, se negó a pagar, queriendo someter a la gente a “una limosna”, dixit los afectados.

Amenazaron con quemar los autobuses que retuvieron, entre ellos el del responsable, y 36 horas después de que nadie, ni el ayuntamiento, ni el gobierno estatal, que en este caso correspondería a la Secretaría de Gobierno, se acercó a mediar ni a exigir a la empresa la responsiva, vaya nunca fue a poner orden, como es su deber.

¿Qué paso? Lo previsto: quemaron el autobús y secuestraron el otro, dejaron una imagen de Tlaxcala y Huamantla en llamas, mientras la gobernadora no está en el estado.

¿Para eso deja su madrina Lorena Cuéllar a cargo del estado al ahijado?
Más que a la gobernadora el deudor morelense está quedado en Deuda con Tlaxcala.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente