Por Isael Pérez Olivier.
Es tan solo una aproximación política, una simple apreciación de la realidad, una conjetura, una hipótesis o un juicio a priori, y nada más. Por favor, tómelo con reserva. Pero todo indica, que los últimos acontecimientos políticos trazan la ruta de escape de la oligarca tlaxcalteca, no de manera inmediata pero sí para luego de conocerse los resultados electorales de 2024. Así es, damas, caballeros y personas de los géneros no binarios, el próximo año las reglas del juego van a cambiar en la entidad y la llegada del morelense Luis Antonio Ramírez Hernández como secretario General de Gobierno, sella el contrato de la hipoteca gubernamental a favor del actual grupo en el poder, pues de ocurrir, como lo comentan los bien enterados, el también deudor alimentario, será el encargado de esconder la basura bajo la alfombra, apagar la luz y cerrar la puerta de la desastrosa administración Cuéllar; para luego marcharse con rumbo desconocido, sin mirar atrás y sin ningún remordimiento.
Dicen, que la última crisis de la administración Cuéllar, ya está a la vuelta de la esquina. El rumor del deterioro en la salud de la mandataria, cobra relevancia entre su círculo más cercano.
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En Tercera Instancia