Por Isael Pérez Olivier
Era solo cuestión de tiempo para que el partido político de moda implosionara. No se necesita ser un experto en materia electoral para entender que experimentaron con la democracia, muy a su estilo, y provocaron una hecatombe. El método de las encuestas, no solo no les resultó, sino que dejó ver las verdaderas entrañas del alebrije electoral en el que se ha convertido Morena, de la mano del único y gran elector de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador. Así fue en la designación de Claudia Sheinbaum Pardo, como candidata presidencial; así fue en la nominación de los nueve candidatos a Gobernadores, y seguramente, así será en los nombramientos de los candidatos al Senado de la República y la Cámara de Diputados Federal. Así es que, en Tlaxcala está más que cantada, todos los demás aspirantes a la Cámara Alta del Congreso de la Unión solo legitimarán la reelección de José Antonio Álvarez Lima y de Ana Lilia Rivera Rivera, y ni siquiera piensen en una suplencia, porque esas ya también están dadas a Dulce María Silva Hernández y a Oscar Flores Jiménez. !Te lo digo a ti Sergio, entiéndelo tú, Alfonso!; quienes, por cierto, ya no podrán ir a un repechaje por un curul local, o al menos, esos fueron los acuerdos a los que llegó el propio instituto político, de no permitir chapulines en las listas. Vamos a ver si se respeta, o como siempre, se harán honrosas excepciones para evitar fracturas con los grupos liderados por Lorena Cuéllar Cisneros y por Alfonso Sánchez Anaya.
Lo que sí es un hecho, es que se traen un verdadero desmadre con las listas de registros, a tal grado, que, una vez concluido el proceso, ni los propios aspirantes sabían cuántos eran los que pretendían competir por el Senado, ni cuántos para la Cámara de Diputados Federal. Fue el secreto mejor guardado, pues hay quienes aseguran, que entre los nombres destaca el de María Fernanda Espinosa de los Monteros Cuéllar. Sí, la hija de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.
Tags
En Tercera Instancia