Los lastres de Gustavo Jimenez en Chiautempan

 


| Saúl Flores

Sin duda el presidente municipal de Chiautempan, Gustavo Jiménez Romero, vive el momento más crítico de su mandato. A poco más de un año desde que tomó protesta como alcalde, no ha podido frenar las críticas hacia su administración, pues el repudio de los chiautempences ha llegado a tal punto que se han organizado para revocar su mandato.

Esta administración ha pasado a la historia de Chiautempan como una de las peores, incluso, superó a la de su predecesor el priista Héctor Domínguez Rugerio y a la de Antonio Mendoza Romero. Por la falta de política de Jiménez Romero y por entregar las riendas del Poder a su vástago, Juan Carlos, la transformación en Chiautempan ha ido en declive. 

Pero no basta con que el junior tenga el control administrativo en el municipio, sino que, el equipo increíblemente ineficiente que debería ayudar a la gobernanza no da una, pues los directores solo se la pasan gozando desde la cima del poder, pero no se dan cuenta que el poder es solo pasajero, y que al terminar este trienio volverán a su vida normal como antes de la llegada de la cuarta transformación.

Por un lado, los ciudadanos exigen a Gustavo Jiménez que gobierne con la cabeza y no con los pies de su primogénito; exigen más seguridad en el municipio, que la administración se encargue de colocar botes de basura en el centro, que se construyan debidamente las calles que sufren de baches y que sean de buena calidad y no como la obra que se ejecutó a principios de año en calle Progreso de la comunidad de texcacoac, que ya hasta un mini socavón se registró el pasado domingo 25 de septiembre, pese a ello, ahora catalogan a Chiautempan como la ‘Ciudad del Bache’. 

Pero no solo eso, sino también la llaman la ‘Ciudad del Moche’, esto en honor a que los policías municipales se toman la libertad de extorsionar a los conductores particulares y del transporte público, -buscando cualquier pretexto para hacer sus anomalías, y con el dinero recaudado de las "mordidas", reportarlo a sus superiores con destino final al jr. -, sin mencionar que los ciudadanos piden alumbrado público sin recibir respuesta.

También, cabe destacar que los directores que ‘ayudan’ a la administración pública, son ineficientes, como el caso del director de Gestión y Recaudación de Ingresos, Marcos Brian Quiroz, quien de ser un don nadie, pasó a darse el lujo de recorrer las calles céntricas de Chiautempan en cuatrimoto para recibir el dinero de los comerciantes, a quienes les cobra prepotentemente, esto con el fin de llenarle las bolsas al junior. Creo que el “super” director debe trabajar a favor de la ciudadanía y desquitar el sueldo bruto que recibe de 22 mil pesos mensuales. 

Otro “super” director que labora para Gustavo Jiménez, es Lázaro Netzahuatl, el hombre que sueña con ser el candidato a la presidencia municipal de Chiautempan en las próximas elecciones de 2024, y quien despacha en la dirección de Desarrollo Económico donde, dicho sea de paso, percibe la buena cantidad de 24 mil pesos mensuales, pero que no se atrevió a informar en su declaración patrimonial la camioneta de año que utiliza, ni la propiedad donde vive. He aquí la pregunta que ciudadanos se hacen, ¿Cómo obtuvo esos bienes?, y ¿Porque no los declaró si está obligado a hacerlo?

Y de los demás directores mejor ni hablamos. Solo son unos arrimados a morena para seguir en el poder y en busca de que la franquicia partidista respalde sus aspiraciones políticas, que, dicho sea de paso, solo son sueños guajiros, porque ni por su trayectoria política y menos por su desempeño en el ayuntamiento, serían dignos de ser candidatos a cualquier cargo.

Con tanto peso negativo, una misión casi imposible, es la que debe desempeñar el vocero de relevo que suplió a quien no pudo limpiarle la cara a esta desastrosa administración municipal, ni siquiera maquillar los pésimos resultados de un año de gestión; ahora José Miguel Meneses debe hacer gala de sus mejores esfuerzos profesionales para mejorar la imagen de Gustavo Jiménez y de Chiautempan.

Sin embargo, no todo es negro para Gustavo Jiménez Romero, aún está a tiempo antes de que finalice su mandato de concentrar toda su energía y capacidad en explicar a los ciudadanos su visión para transformar a Chiautempan, con un mensaje único y directo para la gente.

Sin embargo, tiene que reconocer que los ciudadanos ya están cansados de oír su discurso de cambio que en ocasiones es contradictorio, y que solo devalúa lo más preciado que un político tiene, su palabra. Prometió un cambio, el ‘de la cuarta transformación’ para su muy amado Chiautempan, en tanto los chiautempences han esperado todo un año para entender los términos de ese famoso ‘cambio’.

El presidente municipal ha perdido un tiempo valiosísimo y la confianza que son irrecuperables, sin embargo, existe la posibilidad de volverle la integridad, credibilidad y prestigio a su administración si se olvida de darle el Poder a su hijo y de conservar a directores ineficientes que solo se dedican a ejercer la corrupción y de aprovecharse de sus cargos.

Es tiempo de que Gustavo Jiménez decida ejercer su mandato con razones y con firmeza, pero sin la intromisión de su heredero, ni de los precarios actuares de sus directores.

Finalmente, después de las críticas a su gobierno municipal, sigue siendo, aunque quisiera olvidarlo, el presidente de la gran y querida Chiautempan.

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