Por Sputnik Mundo
El
nuevo paradigma de la lucha contra las drogas defendido por el
presidente de Colombia, Gustavo Petro, ante la ONU puede marcar un
momento "histórico" para el país y la región, dijo a Sputnik el
politólogo Fernando Giraldo. "No hay en los últimos 50 años un
gobernante que le haya hablado tan duro a EEUU y a Europa", destacó el
experto.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, el mandatario pidió "acabar con la irracional guerra contra las drogas", a la que considera un "fracaso" y que se ha cobrado millones víctimas a lo largo de los últimos 40 años.
Según enfatizó el presidente a la prensa de su país, la mejor manera solucionar el problema del narcotráfico y el consumo de drogas "no tiene que ver con fusiles, como si fuera una guerra" sino poniendo el foco en combatirlo como una enfermedad.
Luego de su discurso en la ONU, Petro aclaró, de todas maneras, que su postura no implica un camino hacia la legalización de drogas como la cocaína, aunque sí replantear la forma en la que se intenta mitigar el problema.
Fernando Giraldo,
doctor en Ciencias Políticas y docente de la Universidad Javeriana,
explicó a Sputnik que el objetivo de Petro es que se combata el
narcotráfico "como un problema social, incluso como un problema de salud
pública".
Para el experto, el mandatario deja entrever que el narcotráfico
presenta "un trasfondo social muy profundo". Las complejidades se
acrecientan sobre todo en zonas rurales, donde los campesinos terminan
siendo "aliados no voluntarios" del crimen organizado y se ven
"obligados" a colaborar con un sistema que utiliza la violencia para
amedrentarlos.
"Los
narcotraficantes están en zonas donde a las buenas o a las malas los
campesinos les tienen que colaborar. Y, de paso, es relativamente
rentable para ellos producir más hojas de coca que producir plátano,
yuca, café, arroz u otro tipo de alimento", explicó Giraldo.
Los
productores se ven, según el analista, en una encrucijada y no tienen
alternativas para tener un igual o mejor nivel de vida.
Giraldo remarcó que, lejos de apostar por un camino hacia la legalización de los estupefacientes,
la propuesta de Petro apunta a "quitarle la base social a los
narcotraficantes para poderlos combatir", es decir, asegurar que "los
campesinos puedan sustituir la coca por otros productos igualmente
rentables".
En
consonancia con la perspectiva del mandatario, Giraldo consideró que el
paradigma actual no ha arrojado soluciones: "Todo el esfuerzo de varias
décadas no ha producido absolutamente ningún resultado positivo, ha
sido más costoso y no ha menguado; más bien todo lo contrario, tiende a
incrementar".
"Una política de persecución y de represión es una política condenada al fracaso", agregó.
Como
presidente del principal productor de cocaína a nivel mundial, Petro no
dejó pasar la oportunidad para señalar la responsabilidad de los principales consumidores de la droga colombiana: EEUU —que bate récords en muertes por sobredosis— y Europa.
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