Por Saúl Flores
Durante la nueva “designación” o mejor dicho, imposición, de la diputada morenista, Marcela González Castillo, esposa del secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, hijo del ex gobernador, Alfonso Sánchez Anaya, como la nueva presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política del Congreso local, se vivieron movimientos estratégicos dentro del Pleno.
Por un lado, la sesión de la 64 legislatura del Congreso del Estado comenzó en punto de las 10:00 horas, pero el diputado Rubén Terán Águila se le notó inquieto desde el principio, por lo que la recién estrenada presidenta de la Mesa Directiva, la petista Leticia Martínez Cerón, tuvo que otorgar un receso de 20 minutos, cosa que no sucedió, ya que el reinicio de la sesión se retrasó 45 minutos más.
Pese a ello, a Terán Águila, mandadero de la inquilina de Palacio de Gobierno, corría cabildeando con los diputados de las otras bancadas, moviéndose de extremo a extremo, tratando de convencer y jugando políticamente, moviendo las piezas para un juego perfecto para la imposición de González Castillo. También pudimos notar que la nuera de Sánchez Anaya, igualmente andaba inquieta, y el único que estuvo sentado en su curul previendo lo inevitable, fue el diputado Miguel Ángel Covarrubias, a quien se le traicionó.
Por ello, en su intervención ya preparada, Covarrubias Cervantes, trajo a cuenta el discurso que por motivo de su desafuero como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, pronunció Andrés Manuel López Obrador en ese entonces, cuyas duras sentencias perfectamente se aplican y se acomodan a las intenciones de los “amos y señores… -y señoras- de Tlaxcala” de controlar los poderes del estado.
Al parecer, el diputado ya estaba más que sabedor sabedor de que la orden de que llegara Marcela González a la Junta de Coordinación y Concertación Política, era desde la cúpula de Palacio de Gobierno.
Entendamos que este problema no es de apenas, sino que en días de campaña, en una gira que realizó por el distrito 14 la aspirante a inquilina de Palacio de Gobierno, demarcación que ganaría Miguel Ángel Covarrubias como diputado local en reelección, Cuéllar Cisneros arremetió contra la familia del petista, haciendo alusión a que no estaba de acuerdo con que la familia Covarrubias Cervantes, mantuviera el poder del municipio de Texoloc.
Pero realmente lo que enfureció a Lorena, fue que el entonces candidato por el PT, dijera que no necesitaba el “efecto lorenista” para ganar la elección del 6 de junio de 2021; en alusión al 2016 cuando el joven legislador ganó sin la corriente electoral que traía Lorena Cuellar, que era candidata a gobernadora, cuando perdió y Covarrubias ganó siendo los dos perredistas, pero Miguel Ángel, Manuel Cambrón y Santiago Sesín la traicionaron.
Ante este escenario político de faramalla, el partido del “cambio” (Morena), demuestra que sigue siendo parte del viejo régimen al adoptar a simuladores que fingen llevar a cabo la recomendación de López Obrador de " no mentir, no robar y no traicionar al pueblo" y, mucho menos, seguir los principios de la 4T.
No cabe duda que el Movimiento de Regeneración Nacional fundado por AMLO, sólo fue para cobijar a los que buscan seguir en el poder. Ya veremos cómo la familia Cisneros y Anaya manejan al 'puppet' del Congreso local para seguirlos beneficiando.
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