| Redacción
Tlaxcala 10 de febrero. En La congresista Gabriela Esperanza Brito Jiménez integrante del grupo parlamentario del Partido del Trabajo de la LXIV Legislatura, presentó ante el Pleno de esta soberanía una iniciativa para derogar la figura de “los esponsales” del Código Civil para el Estado de Tlaxcala, ya que en la actualidad esta figura jurídica se encuentra en punto muerto por ser obsoleta e inadecuada a la vida jurídica que se vive en la actualidad.
En la máxima tribuna del Estado, la diputada local puntualizó la urgencia y necesidad de derogar los artículos 39, 40 y 41, del Capítulo I “de los Esponsales”, los cuales no son vigentes para la forma de vida actual, cuyo origen se remonta únicamente a las tradiciones y resulta que ha perdido relevancia jurídica y desuso.
En la octava sesión ordinaria, la legisladora presentó dicha iniciativa y para que se adicione un párrafo cuarto al artículo 42 del Capítulo II, todos del Código Civil para el Estado de Tlaxcala, el cual reafirma que “la Ley no reconoce esponsales de futuro”.
Gabriela Brito Jiménez recalcó que dicha figura tiene su origen en prácticas religiosas y culturales, lo que en su momento significaba la promesa de contraer matrimonio, y que, en caso de no efectuarse, sería generadora de alguna sanción.
A partir de las distintas modificaciones que ha tenido el Código Civil del Estado, actualmente en su artículo 39 contemplaba la figura de promesa de matrimonio, sin que los esponsales fueran sujetos a obligación o pena alguna por incumplimiento, término que resulta obsoleto e inadecuado para la vida jurídica de la ciudadana tlaxcalteca.
De esta manera, la también presidenta de la Comisión de Competitividad, Seguridad Social y Previsión Social busca que el Código Civil mantenga vigencia, a partir de la evolución que tienen las leyes para que tengan trascendencia en la vida de la sociedad y cumplan con su fin, mantener el orden jurídico en la temporalidad adecuada, acorde a la realidad social.
Con esto la asambleísta busca el total goce de los derechos humanos, así como el reconocimiento de la evolución que tienen las leyes para garantizar el ordenamiento adecuado para la ciudadanía y así evitar que el Estado se base en leyes obsoletas o que no se adecuen a la condición social actual.