Opinión | M.A.T Rodrigo Cuapio Zamora
En todo el mundo, los países geográficamente cercanos se han preocupado por elevar el bienestar económico de sus habitantes y establecer lazos de amistad que les permitan el “libre” intercambio de mercancías y la instalación de empresas extranjeras en sus territorios.
Para muchos economistas, investigadores e incluso gobernantes, ésta apertura comercial y libre tránsito de bienes y servicios solo ha empeorado la problemática social y económica que ya se tenía antes de la firma del TLCAN (Tratado de Libre Comercio con América del Norte) el cual inició su vigencia en 1994.
El pleno empleo siempre ha sido una preocupación para la política económica implementada por los líderes de cada país e impuesta a sus ciudadanos con la promesa de una vida mejor; sin embargo, debemos considerar que el TLCAN ahora TMEC fue firmado bajo la figura Económica de “Área de Libre Comercio”.
Bajo éste nivel de integración, el acuerdo consiste en el libre tránsito de mercancías e inversiones, pero no de “personas” siendo a todas luces ventajoso para las economías desarrolladas, pues al no existir la posibilidad de ir a trabajar legalmente al país vecino, los mexicanos lo hacen de manera ilegal y delictiva.
La cantidad de muertos y deportados de USA ha aumentado gradualmente en éste año con cifras que rebasan el promedio de las últimas 2 décadas mientras la política migratoria americana es cada vez más cruel y severa.
Lo que México necesita es un acuerdo regional a otro nivel más justo y avanzado tal como una “Unión Económica” caracterizada por el libre tránsito de personas, mercancías e inversiones.
De ésta manera los 3 países podrían lograr un acuerdo del tipo “ganar-ganar” donde ciudadanos americanos y canadienses pudieran también, viajar a México a trabajar logrando una plena cooperación económica y por consecuencia el aumento del empleo y la inversión.